RETROALIMENTACIÓN FÍLMICA: Ensayo sobre diferencias entre las películas: «Nosotros Los pobres” y “Los olvidados”.

Por Antonio Castillo Torres

La edad de oro del cine mexicano abarcó aproximadamente entre 1935 y 1958, años en que la producción cinematográfica en el país se convertía en la más poderosa entre los países de habla hispana, en este lapso se presentaron un sinfín de películas, dos de estas tenían algo más allá de un simple film popular, que atrajera y representara a gente de status económico bajo, sino que tratan de retratar los estragos de la modernización y sus excesos, así como sus deficiencias y quien la sufre todo esto en conjunto, como si se presentara a algo o alguien en el punto máximo del cruce de todos estos puntos mencionados.

En el caso de “Los olvidados” se nota claramente esta perpendicular, con imágenes de Nueva York, París y Londres presentados como cúspides de una alta modernización pero no alejadas de los estragos y excesos de esta misma, para después pasar con un mensaje tan implícito como explícito de los niños pobres en México, unos por consecuencia de la modernización, otros por gusto y otros por necesidad. La película es un drama que se desarrolla, bajos fondos de la gran urbe y que tiene una intención marcadamente social.

La sexualidad y la muerte, sin olvidarnos de la pobreza, la marginación y la miseria,  los más profundos deseos de la psique humana y la dura lucha por la vida de la realidad social. Crean todo un flujo subconsciente de ideas en el que los temas son la ausencia del padre, el complejo de Edipo, la orfandad, la maldad y la muerte. Todo esto está subrayado por secuencias de sueños, por la extraña y constante presencia de las gallinas, la rítmica repetición de brazos que se alzan cada diez minutos para golpear y matar cruelmente, eleva hasta el punto máximo los sentidos desde la música hasta las escenas que demuestran hasta qué punto de crueldad e insensibilidad puede llegar el humano e incluso reclamar su libertad, de alguna manera el mensaje que maneja desde un principio tal vez el muchacho “jaibo” no sólo quería escapar de prisión sino del mundo mismo, me refiero a la idea de querer ser libre en de manera total, tal vez se sentía presionado y aprisionado por el sistema social y su evolución, siempre queriendo escapar.

Desde este punto de vista, “los olvidados” son todos sus personajes,  por la modernización que no los tomará nunca en cuenta y quienes resentirán primero los estragos de la misma, un ejemplo sería “Ojitos”, que es abandonado a su suerte por su padre en la gran ciudad para librarse de una boca que alimentar; Pedro, a quien su madre le niega el afecto y aun el sustento; esta, a su vez, repudiada y vejada por su marido, y luego abandonada e incluso el ciego, desasistido de beneficencia, por lo que tiene que mendigar en la calle, desvalido como el hombre-tronco, que se desplaza sobre un carrito con ruedas, y del que los chicos se burlan quitándole su medio de locomoción y tirándolo calle abajo, retrata un mundo cruel sin sentimientos.

Pepe El Toro) es el carpintero del barrio, padre adoptivo de Chachita (quien no sabe de un principio que él no es su verdadero padre) y tiene una hermana dedicada a la mala vida, enferma de tisis. El rico Montés llevado por los celos que siente de Pepe por ser el novio de Celia lo acusa de haber matado a una prestamista e injustamente es enviado a prisión, logra escapar de la cárcel y se encuentra con que Chachita ha tratado muy mal a la prostituta, por lo cual le revela que ella es su madre y que él solo es su tío.

Mueren luego la madre de Chachita y la madre de Pepe. Al retornar a prisión Pepe descubre al verdadero asesino del prestamista y logra que éste confiese luego de haberle arrancado un ojo. Al volver a la libertad finalmente puede casarse con Celia.

Con esta película el director cree haber hecho un retrato fiel del mundo de los pobres, sin embargo el entorno creado es en todo momento idealista. A diferencia del film de “Los Olvidados” se muestra una visión más cruda y realista de los barrios bajos de la Ciudad de México en mitad del siglo XX, que contrastaría fuertemente con la descripción que sea hace en Nosotros los pobres.

Hay que asumir la visión de “Nosotros los pobres” como una representación de una sociedad marginada muy ideal de la Cd. de México, entre esos ingredientes cabe señalar el empleo de actores profesionales aparentando no serlo, es necesario un exceso del naturalismo a la hora de plasmar la trama, el uso de localizaciones reales y el rechazo relativo de lo pintoresco y estereotipado en los personajes, de forma que fuera posible conmover y, a un tiempo, estimular la reflexión socio-política.

Escena de la película de «Los Olvidados» del director Luis Buñuel, 1950.

Escena del filme de «Nosotros los pobres» del director Ismael Rodriguez, 1948.